En los primeros años, es difícil medir lo que ve exactamente un niño con problemas graves de visión. Pues esta, al igual que el resto de sus capacidades, presenta un desarrollo constante a lo largo de esos primeros años. No obstantes, el desarrollo de la visión en niños presenta ciertas particularidades, porque la atención y algunas funciones sensoriales son atribuibles a la maduración de las vías visuales (Hyvärinen, 2000).
Las conductas
visuales de los niños, son los mejores indicadores de su situación visual. Pero, para
poder realizar una valoración funcional de la visión, es importante tener en
cuenta que la visión puede ser algo variable de un día a otro, o incluso en el
mismo día, oscilando según factores variables como pueden ser la iluminación ambiental o
el cansancio. Para
trabajar la estimulación visual, es mejor empezar cuanto antes, mediante
algunos programas o métodos que fomentan el desarrollo perceptivo ocular.
Si la
pérdida visual ocurre después de los 6-7 años, se entiende que ya están
adquiridas las destrezas y habilidades visuales, por lo que habrá que ayudarle
a aprovechar el potencial que ya posee en las distintas tareas. Si se tienen
restos visuales, es fundamental su uso, desde el punto de vista de la autonomía.
El hecho de poder percibir luces, colores o formas son guías magníficas para la
orientación, que facilita: localizar objetos como la puerta de la clase, posibilita
una mejor movilidad al encontrar aunque sea un simple paso de cebra y hace que
las rutinas cotidianas del hogar sean más confortables como por ejemplo saber
si el interruptor de un electrodoméstico está o no encendido.
Orientaciones a los padres para favorecer en la vida diaria el uso de la visión: |
• Juguetes: mejor de colores brillantes o luces; y al poder ser, colocarlos sobre un fondo que contraste.
También es adecuado jugar con marionetas o hacer uso de juguetes en movimiento, para desarrollar habilidades de seguimiento y localización.
• Cuentos: mirar ilustraciones de cuentos que sean significativas para él (con imágenes sencillas, bien perfiladas y contrastadas).
• Fotos ampliadas: son muy útiles para visualizar mejor el rostro de familiares, etc.
• Evitar que se derive una estereotipia (movimientos repetitivos de manera involuntaria): Tanto desde casa como desde la escuela, se deben impedir conductas como los movimientos de la mano delante de los ojos, que muchas veces se hacen para jugar con la luz que entra.
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Extraido de: Martínez Calvo, J. (2011). Madrid. ONCE. Manual de Discapacidad visual y autonomía personal. Enfoque práctico de la rehabilitación. Recuperado de:
Realizado por: Judith.
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