1. Autonomía:
Ser autónomo significa tener las habilidades necesarias para realizar determinadas tareas, pero también creer en uno mismo, tener la certeza de que se es capaz de hacer algo sin ayuda de otros. El niño con discapacidad visual, debe aprender cuanto antes a confiar en sí mismo y, eso solo lo conseguirá si las personas que le rodean le apoyan y le animan a ejercer su propia responsabilidad. El grado de autonomía, necesariamente va ligado al proceso de crecimiento.
Es posible
que los padres tengan problemas en este aspecto, para colaborar en el desarrollo de autonomía, bien porque no sepan cómo
enseñarle, con mayor dificultad y dudas si el niño/a tiene ceguera congénita, es decir, carencia visual desde el nacimiento, o bien por tendencia a
la sobreprotección. Sin embargo, con determinadas limitaciones (movilidad en el patio del recreo, por ejemplo) pueden comenzar a ser independientes a la misma edad que sus compañeros.
La mayor
desventaja para el aprendizaje de los hábitos de autonomía, es la falta de
imitación gestual: necesitarán una enseñanza más intencionada y un tiempo
superior al de sus compañeros para consolidar lo aprendido y tomar
definitivamente esas acciones como un hábito.
1.1. Habilidades de la vida diaria:
A la edad de 6 años el niño debería haber adquirido las siguientes habilidades:
• Aseo: usar el inodoro, lavarse y secarse las manos, limpiarse los dientes y bañarse si es preciso con una mínima ayuda.
• Comida: servirse agua del grifo y
beber solo, utilizar el tenedor con alimentos fáciles de pinchar y la cuchara
si es puré o sopa, usar la servilleta.
• Arreglo personal: desvestirse y vestirse con prendas sencillas. Ponerse el abrigo.
• En casa: recoger los juguetes, ayudar a poner y quitar la mesa.
• Habilidades sociales: identificarse personalmente (nombre, edad, dirección...).
• Orden y método: colocar su abrigo
en el perchero que se le asigne (marcado de manera táctil con su nombre o número de clase en braille) y recoger el
material utilizado.
Cuando se
trata de niños, es especialmente importante:
• Estudiar la actividad, determinar las
secuencias que la componen y comprobar si tiene las habilidades necesarias. En
caso contrario, se entrenarán las que falten, continuándose con el resto de
secuencias.
• Incorporar hábitos de autonomía, siguiendo rutinas diarias, estructurando las jornadas de forma que se puedan prever los acontecimientos y las situaciones a los que se va a enfrentar.
• Modificar la manera de realizar determinadas habilidades con procedimientos más sencillos. Por ejemplo, para ponerse el abrigo, es mejor si se coloca previamente en una superficie plana, como en la mesa o en el suelo, con la parte interior hacia arriba y el gorro o la parte del cuello cerca del niño. Deberá meter los dos brazos a la vez por sus respectivas mangas y girar el abrigo hacía atrás teniendo como referencia su espalda.
• Establecer los recursos materiales que resulten más funcionales en cada momento. Por ejemplo, ya que en estas edades el atril se usa ocasionalmente, en lugar de emplear una mesa de tablero elevable que le permita al niño subirse hacia arriba, al ser posible, es preferible tener un atril de sobremesa, para evitar que el echo de tener la mesa a otro nivel pueda inducir al aislamiento del alumno.
• Cuando comienza el proceso de lectoescritura, el maestro debe conocer el tamaño del símbolo que es capaz de ver y la distancia a la que lo hace, en caso de que el alumno disponga de cierto porcentaje de capacidad visual.
• Incorporar hábitos de autonomía, siguiendo rutinas diarias, estructurando las jornadas de forma que se puedan prever los acontecimientos y las situaciones a los que se va a enfrentar.
• Modificar la manera de realizar determinadas habilidades con procedimientos más sencillos. Por ejemplo, para ponerse el abrigo, es mejor si se coloca previamente en una superficie plana, como en la mesa o en el suelo, con la parte interior hacia arriba y el gorro o la parte del cuello cerca del niño. Deberá meter los dos brazos a la vez por sus respectivas mangas y girar el abrigo hacía atrás teniendo como referencia su espalda.
• Establecer los recursos materiales que resulten más funcionales en cada momento. Por ejemplo, ya que en estas edades el atril se usa ocasionalmente, en lugar de emplear una mesa de tablero elevable que le permita al niño subirse hacia arriba, al ser posible, es preferible tener un atril de sobremesa, para evitar que el echo de tener la mesa a otro nivel pueda inducir al aislamiento del alumno.
• Cuando comienza el proceso de lectoescritura, el maestro debe conocer el tamaño del símbolo que es capaz de ver y la distancia a la que lo hace, en caso de que el alumno disponga de cierto porcentaje de capacidad visual.
Orientaciones para padres, maestros y cuidadores sobre cómo enseñar a un alumno con discapacidad visual |
• Dar progresiva autonomía: Además
de la necesidad de analizar la tarea, el adulto se colocará detrás del niño y
llevará sus manos hacia el objeto para guiar los movimientos a realizar. Irá
paulatinamente dejándole solo, haciendo correcciones verbales hasta que pueda
ejecutar por sí mismo la actividad.
• Requerimientos: El nivel
de exigencia será el mismo que hacia sus hermanos o compañeros de clase.
• Responsabilidades: Se le
asignarán tareas adecuadas a su edad, otorgándole ciertas
obligaciones.
• Incentivos: Es
fundamental el refuerzo positivo y utilizar recompensas no solo materiales sino también más afectivos que pude ser desde darle un beso a leerle su cuento favorito.
• Afianzar lo aprendido: Ofrecer
la oportunidad de repetir lo aprendido en múltiples circunstancias, será de gran ayuda. (Por
ejemplo, si le enseñamos a recoger los juguetes cuando está en casa o en el colegio, si vamos a casa de amigos o familiares y se encuentra jugando con otros niños, dejar que también recoja sin nuestra ayuda, como le hemos enseñado).
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1.2. Orientación y movilidad:
En lo
referente al área de orientación y movilidad, al finalizar esta etapa, el niño
debería ser capaz de:
• Desplazarse por las dependencias de
su casa y de la de otros familiares o amigos que frecuenta más habitualmente.
• Reconocer referencias en los recorridos exteriores habituales.
• Dentro del colegio, ser capaz de moverse por su aula, sin depender de la ayuda de otros. También realizar los desplazamientos más frecuentes a otras
dependencias del centro como: el servicio, el comedor o el patio de recreo.
Para ello, utilizaran ciertas técnicas, con las adaptaciones
particulares necesarias:
• Técnica de protección: Ambas manos
enlazadas por delante a la altura de los hombros, con los brazos en extensión y
con las palmas hacia fuera. Una vez aprendida esta técnica, es necesario
reforzarla en momentos concretos (al entrar o salir de clase, al patio, etc).
Solo de esta forma será capaz de automatizarla, aplicándola correctamente.
• Para cruzar zonas abiertas sin perder la línea de dirección: (por ejemplo, para ir de una pared a otra) deberá alinearse de forma paralela o perpendicular. En estas edades, es más fácil hacerlo en perpendicular, utilizando no solo la espalda y los talones, sino también la palma de las manos. Para mantener más fácilmente la línea recta se pueden extender los brazos al frente, juntando las palmas de las manos y quedando la parte inferior de la cabeza entre ambos brazos. En esta posición, como señalando la línea de dirección que ha de seguir, caminará hasta el otro extremo de la pared.
*A continuación dejo un vídeo que resume las técnicas anteriormente mencionadas:
En definitiva, estas técnicas de protección personal sirven para superar las dificultades que se dan al moverse por el espacio sin posibilidad de visión, donde pueden surgir miedos e inseguridades al no saber que va a pasar, y más si se trata de espacios desconocidos o nuevos para la persona invidente.
• Los parques y el patio de recreo de la
escuela son espacios idóneos para desarrollar potenciando su autonomía, habilidades
motoras; avanzando así en el proceso de su desarrollo socio-afectivo.
Cuando
comienzan los desplazamientos, si aún no tiene madurez suficiente para manejar
el bastón blanco, se pueden utilizar «dispositivos pre-bastón», juguetes
normalizados (y, por ello, bien aceptados por adultos y por otros niños), que
puede llevar por delante en determinados desplazamientos, de modo que le
sirvan de «parachoques» ante ciertos obstáculos. Pueden ser aros, correpasillos
o cosas para empujar. Pogrund y Rosen (1990) argumentan que este tipo de
juguetes son apropiados en ambientes de juego o para proporcionar al niño una
estabilidad que todavía no tiene, pero que tienen varias desventajas: no pueden
ser transportados siempre, son voluminosos, protegen más de lo necesario y no
facilitan la información táctil y auditiva necesaria para identificar texturas
y obstáculos. Además, siendo el bastón de movilidad la herramienta que
probablemente utilizará toda su vida, ¿por qué no comenzar directamente con él?. Estos autores proponen introducir el bastón como herramienta a niños entre 2 y
5 años. En estos casos, y puesto que todavía no tienen la suficiente fuerza y
coordinación para el aprendizaje de la técnica, se les puede enseñar a llevar
el bastón en técnica diagonal modificada con el brazo caído al costado y el
taco/contera rozando el suelo, o haciendo un barrido para aumentar la
protección. No tienen por qué adquirir hábitos inadecuados, pues
posteriormente, con el entrenamiento mejorarán.
En algunos
casos, para problemas de fotofobia o deslumbramientos, se les prescriben gafas con
filtros. Estos pueden ser para interiores y/o exteriores. En el último curso de Educación Infantil, los niños ya son capaces de responsabilizarse de su uso, cambiándoselas al salir al recreo y guardando las gafas que no usa en ese momento.
Se les pueden adaptar incluso a niños más pequeños, exponiéndoles a situaciones
de luz y observando su conducta (guiñar, cerrar los ojos…) para determinar el
filtro más adecuado.
Orientaciones para padres sobre métodos y técnicas de autonomía |
• Para
guiar al niño: Deben tomarle de la mano y caminar ligeramente por
delante de él. Es normal que el adulto que le acompaña entre en los lugares
(como edificios y transportes públicos) «cediéndole» el paso. Pero la mejor forma
de guiar a una persona invidente es pasar antes, echando el brazo hacia atrás para colocar al niño
detrás.
• En el
exterior: El adulto le informará y le hará notar los distintos elementos
urbanos y estímulos perceptibles significativos que puedan resultar útiles en
sus desplazamientos autónomos posteriores: sonidos del tráfico, direcciones,
amplitud de las calles, texturas del pavimento y semáforos.
• Darle pequeñas responsabilidades: avisar cuando llegan al paso de peatones, decidir
el momento para cruzar o localizar lugares significativos, como la vivienda,
la escuela, la panadería, etc.
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Recomendaciones para los docentes dentro del aula |
• Organizar el aula: Por ejemplo: todas las estanterías en una pared, todos los
materiales de juego en otra... de forma que facilite la orientación,
denominando por ejemplo: pared de las ventanas, pared de las estanterías, etc... en vez de seguir el concepto de lateralidad: hacia la pared derecha o
izquierda. Además, esto facilita la localización de objetos para el el alumno con discapacidad visual si se sitúan siguiendo el criterio de ordenar y agrupar dichos objetos por categorías.
• Posición de materiales: Mantener la ubicación fija de los elementos del aula, evitando los cambios, ya que van a ser éstos los puntos de referencia de orientación que utilicen.
• Mobiliario: Evitar mobiliario disperso en medio del aula, se aconseja
que se localice alrededor de las paredes.
• Puertas, armarios y ventanas: Es recomendable que siempre cerradas, para
evitar sobre todo, que puedan hacerse daño o golpearse con picos y esquinas.
• Asientos: Asignar un sitio fijo al alumnado e intentar no cambiarlo, al menos en un largo periodo de tiempo. El sitio para alumnado invidente, es mejor que se asigne por cercanía a
la puerta o por asociación a una referencia de fácil localización. Por ejemplo:
pegado a la ventana, al lado del radiador, a la mesa del profesor...
|
Extraido de: Martínez Calvo, J. (2011). Madrid. ONCE. Manual de Discapacidad visual y autonomía personal. Enfoque práctico de la rehabilitación. Recuperado de:
https://sid.usal.es/idocs/F8/FDO26230/discap_visual.pdf
Extraido de: Delegación territorial de Galicia. Organización Nacional de Ciegos. ONCE. Orientaciones básicas para la movilidad de alumnos con discapacidad visual. Recuperado de:
http://www.edu.xunta.gal/centros/cfrcoruna/aulavirtual2/pluginfile.php/6843/mod_resource/content/0/OYM_para_ALUMNOS_dv.pdf
Realizado por: Judith.
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