En cuanto a las acciones llevadas a cabo en los centros educativos respecto alumnado con discapacidad visual, señalar que este alumnado acude a los mismos centros que cualquier otro niño sin discapacidad, pues el centro le proporciona a este alumnado los recursos, humanos y materiales, que necesita para dar respuesta a sus necesidades educativas. Por ello es preciso hablar de inclusión educativa en todos los centros educativos. Teniendo en cuenta que la finalidad principal de la educación es dotar a todos y cada uno de sus alumnos/as de una cultura común, es preciso llevar a cabo un currículum escolar flexible y adaptado a cada una de las necesidades educativas especiales.
Debemos tener en cuenta que cada intervención psicopedagógica se dará dependiendo las necesidades educativas que presente cada alumno/a, es por ello que las adaptaciones curriculares deberán ser individualizadas y flexibles a cada enseñanza.
Acciones educativas a llevar a cabo en la intervención con alumnado con discapacidad visual:
- Aprendizaje de conductas sociales no verbales con el objetivo de prevenir estereotipias.
- Estimulación auditiva. Imprescindible para captar la mayor información posible del exterior; algunas técnicas podrían ser: estudiar mediante grabaciones o aprender a discriminar las voces de las personas.
- Estimulación visual a modo de entrenamiento específico para optimizar al máximo el resto de visión. Este resto visual puede ser decisivo para favorecer la independencia y seguridad del alumno/a en su vida diaria.
- Adaptación de los ritmos de aprendizaje.
- Establecimiento de un código de lectoescritura, ya sea en tinta o en braille. Gracias a este código el alumnado verá incrementada su velocidad y comprensión lectora, así como su escritura.
- Apoyo escolar para profundizar en contenidos puntuales que se precisen.
- Definir una temporalización adecuada siguiendo los objetivos curriculares acordes a los ritmos de aprendizaje del alumno/a.
- Adaptación del entorno en función de las necesidades educativas del alumno/a. Esto incluye el control de la iluminación en cuanto a cantidad y calidad se refiere; evitar los deslumbramientos; la ubicación del alumno/a en clase (próximo al profesor y la pizarra); ayudas ópticas y no ópticas; fotocopias con letra amplia; etc.
- Enseñanza basada en objetos y situaciones de la vida real.
- Verbalizar todas las situaciones con un lenguaje concreto.
- Proporcionar datos adicionales en las situaciones en las que el alumno/a no pueda percibir información significativa por sí mismo.
- Controlar el ruido en el aula.
- Las figuras se deben presentar sin perspectiva.
- Explorar varios objetos al mismo tiempo.
Todas estas, y otras, necesidades del alumnado con discapacidad visual deben tenerse en cuenta en los diferentes niveles de concreción curricular; desde el proyecto curricular hasta la programación del aula, donde se incluirá la adaptación curricular llevada a cabo para el alumnado con deficiencias visuales integrado en el grupo clase.
Extraído de: https://revistadigital.inesem.es/educacion-sociedad/discapacidad-visual-alumno/
Realizado por: Raquel
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Realizado por: Raquel
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